3ª Conferencia Internacional de Locutores de América
SOCIEDAD ARGENTINA DE LOCUTORES
Informe sobre
NORMAS REGULATORIAS DE LA PROFESIÓN
RÉGIMEN DE HABILITACIÓN
PROYECTO DE LEY DEL LOCUTOR Y
ACCIONAR GREMIAL EN DEFENSA DE LA PROFESIONALIDAD
Por Gustavo Miguel Gonzalez
Secretario de Asuntos Profesionales
SOCIEDAD ARGENTINA DE LOCUTORES
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Compañeros y compañeras presentes en esta conferencia, me complace mucho encontrarme por tercera vez con la mayoría de ustedes y en compañía también de los que por primera vez se incorporan a esta conferencia de Locutores de América convocada por Panartes para que sigamos andando este camino que iniciamos en la hermana República de Chile en el año 2002, los saludo muy cordialmente y les cuento que me ha tocado hablar sobre Formación académica del locutor y normas regulatorias.
La formación académica que sostiene la Carrera de locutor a mi entender da sentido a las normas regulatorias para el desempeño profesional, pero ninguna norma regulatoria sostiene por sí sola ninguna profesión, si ésta, no está además respaldada por la presencia fuerte del gremio que nucléa a quienes se desempeñan en esa profesión.
Dicho esto, les voy a hacer una pequeña reseña histórica sobre la Profesión del Locutor en mi país.
En la República Argentina, ya desde los comienzos de la radiodifusión, se tuvo conciencia de la íntima vinculación existente entre quienes realizaban la "propalación del mensaje con "el contenido y trascendencia" de ese mensaje que se estaba transmitiendo.
Así, con el correr de los años toma relevancia fundamental la tarea del locutor profesional, que pasó a ser el que por naturaleza desempeñó la función de intermediario entre el mensaje, y el oyente o receptor del mensaje.
Esta situación nos colocó a los locutores profesionales ante la necesidad de asumir la responsabilidad de que ese mensaje llegara a destino sin contaminación alguna, respetando el sentido con que el mensaje fuera generado.
Es por ello que a instancias del Gremio de los locutores, SAL, el Estado asume la necesidad de dotar a los locutores de una formación académica acorde a la importancia de la tarea a desarrollar en los medios de comunicación social.
Por esa razón la profesión del locutor en la República Argentina fue objeto a lo largo de los años de diversas normas que contemplaron desde su capacitación obligatoria mediante la creación de institutos de enseñanza especializados, hasta la enumeración de sus funciones, su habilitación profesional, los organismos oficiales de aplicación de las normas vinculadas con la locución, y las sanciones a personas y medios que violan su profesionalidad.
En cuanto a la Formación Profesional o académica del locutor en la República Argentina podemos recordar la creación del ISER, Instituto Superior de Enseñanza de Radiodifusión en el año 1951 y con él la carrera de Locutor Nacional, que a partir del año 2000 se complementa con una articulación universitaria que permite a los locutores recibidos completar una carrera de grado como la licenciatura en comunicación social.
Si bien en sus comienzos el único Instituto que dictaba la carrera era el ISER y solo se dictaba en Buenos Aires, a partir de la década del 90 se comienza con un plan de federalización que nos lleva hoy a tener asegurado el dictado de la carrera de locutor prácticamente en todo el país.
También existen Institutos privados y adscriptos al ISER que forman locutores respetando los programas del plan de estudio, copia del cual les hemos provisto en sus carpetas.
Esta carrera, de nivel terciario con proyección universitaria, se sustenta en el Régimen de Habilitación de Locutores dictado por el COMFER, Comité Federal de Radiodifusión que es el organismo que regula la actividad en radiodifusión.
Este Régimen prevé todos los aspectos administrativos y académicos para obtener la matrícula o Carnet de Locutor Nacional y también como revalidar la carrera para los locutores de otros países que quieran desempeñarse en la República Argentina.
Pero también este cuerpo normativo, le otorga al Locutor un ámbito de incumbencia profesional determinando, las tareas que le son propias y cuales de ellas son exclusivas.
Entonces aquí nos encontramos con un marco regulatorio que si bien contempla el universo del locutor en cuanto a su formación y desempeño, no tiene como norma el grado jerárquico más adecuado, ya que se trata de una resolución de carácter administrativo, cuyo cumplimiento no depende de obligaciones judiciables, sino de la buena voluntad del funcionario que la suscribe.
Esta debilidad normativa llevó a la Sociedad Argentina de Locutores, a proponer en el congreso nacional en el año 1998 el dictado de una ley que rigiera la carrera, la Ley del Locutor.
Este esfuerzo, se vio impulsado por un hecho muy perjudicial para nuestra carrera que se produjo en el año 1977, cuando de la noche a la mañana, sin que mediara consulta alguna, una resolución ya publicada en el Boletín Oficial había promulgado una modificación al régimen de habilitación de locutores que establecía una "pequeña excepción" a las funciones exclusivas, hasta ese momento vigentes, excepción que vaciaba de contenido a la totalidad del régimen de habilitación, permitiendo que personas no habilitadas legalmente como locutores, pudieran realizar las tareas que hasta ese momento eran solo exclusivas del locutor.
Eso nos demostró, en forma contundente, qué tan débil era la normativa que hasta ese momento nos amparaba.
Para nosotros ya es histórica la movilización que este hecho produjo dentro del gremio: asambleas multitudinarias, un estado de conflicto generalizado en el ambiente de radio y televisión y en los institutos de formación de todo el país, una entrevista con el propio Presidente de la Nación, hasta desembocar en la mayor movilización de que se tenga memoria en la historia de nuestro gremio. Todas estas acciones, condujeron felizmente a la derogación de la desafortunada e inconsulta modificación.. De allí, la necesidad imperiosa de tener un ley que amparara nuestra carrera y nuestra profesión.
La lucha por la Ley del Locutor en Argentina tuvo que librar muy duras batallas contra la oposición que presentaron los empresarios de los multimedios, para quienes toda regulación en materia de radiodifusión era "filosóficamente inaceptable" y atentatoria de la, eufemísticamente denominada "libre empresa", que sabemos que de libre no tiene nada, mas bien defiende la libertad de ganar millones a costa de los trabajadores, y que jamás podrá garantizar la libertad de información, libertad mas que imposible cuando hay tanta concentración de medios en pocas manos, lo que crea una situación de poder que los lleva a manejar la información para beneficio de sus mejores y mas mezquinos intereses sectoriales.
Por ello siempre se oponen a iniciativas que puedan otorgar algo de dignidad a los trabajadores del sector.
En ese marco y durante el proceso de discusión parlamentaria hemos sido objeto de incontables operaciones de prensa que hacían aparecer al proyecto de ley de locutor como un simple reparto de privilegios para unos pocos, cuando lo que este proyecto defendía era la instalación de un marco de incumbencia profesional para quienes libremente ingresaran a la carrera a través de la formación académica y protegerlos de quienes querían ejercer sin tomarse el trabajo de estudiar.
Siempre fue esta una lucha de David contra Goliat, en donde por supuesto todos sabemos quién representa cada rol. Pero a pesar de la desventaja, y gracias además a la colaboración que muchas de las organizaciones aquí representadas nos han brindado oportunamente, la ley del locutor logró en agosto de 1999, ganar su primera gran batalla, obteniendo sanción en la Cámara de Diputados de la Nación.
En nuestro país el sistema legislativo es bicameral, asi que, cuando el proyecto sancionado por los Diputados, subió a la Cámara Alta, es decir al Honorable Senado de la Nación, éste fue cayendo lentamente en vía muerta.
A partir de ese momento se topó con los primeros escollos verdaderamente insalvables: en el curso del año 2000 estalló un escándalo por coimas en el Senado Argentino que prácticamente paralizó su funcionamiento.
Esto, mas la actuación de los grandes pooles empresarios permitió que el tiempo corriera y se produjera entonces la pérdida del llamado "estado parlamentario". Esto en términos prácticos significa que se acabó el tiempo reglamentario para discutir un proyecto y por lo tanto pasan las actuaciones al archivo.
Qué podíamos esperar entonces? Cual sería nuestro negro futuro si habíamos ganado una batalla y perdido la guerra? Con gobiernos neoliberales por toda la región, adalides de las desregulaciones y del libre mercado, corruptos en su mayoría, cual sería nuestro destino?
Lo primero que decidimos fue NO bajar los brazos, y seguir adelante con lo que teníamos, un Régimen de habilitación que había que defender aunque fuera administrativo, y ciertas cláusulas de nuestros convenios colectivos de trabajo que protegen la profesionalidad y nos permiten actuar dentro del marco de la justicia laboral.
Pero también teníamos la convicción de que nuestros reclamos en defensa de la profesionalidad eran justos y valederos. Y eso nos permitió, no solo mantener vigente la profesión, sino también promover nuevas funciones o recuperar otras que se habían perdido, como ser el locutor de apoyo en televisión para la lectura de Publicidad no tradicional o PNT junto a los conductores de los programas; la inserción del locutor en telefonía e internet, campos que aún sin estar regulados, son lógicamente fértiles para que el locutor se luzca.
Hemos avanzado en la definición de nuevas tarifas y hemos mantenido las negociaciones con el sector empresario, lo que nos ha permitido concientizarlos sobre la conveniencia de que determinadas tares sean desempeñadas por locutores.
Todo un avance del posicionamiento del locutor en los medios logrado solo por la decisión de mantener la presión gremial en el reclamo de nuestra profesionalidad.
En este punto postulo que de no haber sido por el accionar gremial de la Sociedad Argentina de Locutores en defensa de la profesionalidad del locutor, la carrera y la profesión misma, habrían desaparecido en Argentina hacia finales de la década del 90, y así mismo la SAL hubiera tenido que reconvertirse en un gremio de comunicadores sin especialización o desaparecer.
Pero la Sociedad Argentina de locutores decidió con convicción, coraje y firmeza que la profesión del Locutor en Argentina no se borra de un plumazo, y que la dignidad no se negocia.
Muchas gracias!!!
Entonces quiero ahora sí abrir el debate y me gustaría mucho saber cómo cada uno de los gremios aquí representados ha sostenido vigente, con o sin regulaciones, con o sin formación académica especializada, la profesión del Locutor en sus respectivos países.
1 comentario:
http://youtube.com/watch?v=-fVgMPpj-x0
Un link para disfrutar y reir.....
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