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“Es injusta con los trabajadores, contraproducente para la economía e inútil para el empleo”, dicen las centrales sindicales españolas
-Entrevista con Javier Doz Orrit , de la CCOO—
La dura reforma laboral aprobada por el gobierno español el pasado 10 de febrero, desató una crítica radical del movimiento sindical, porque, a juicio de las dos grandes centrales sindicales de este país, UGT y Comisiones Obreras (CCOO), es injusta con los trabajadores, contraproducente para la economía e inútil para el empleo. Es una reforma que refuerza el poder empresarial, precariza el empleo y abarata y facilita el despido de trabajadores.
Además es un engaño a la ciudadanía, pues se presenta con el objetivo de generar empleo, sabiendo, como el mismo presidente Rajoy lo ha reconocido, que este año España se acercará a los 6 millones de desempleados. “Es la actividad económica la que crea empleo, no las reformas laborales. Hace 20 meses el gobierno anterior aprobó una reforma laboral para crear empleo, y desde entonces España suma 1.5 millones de desempleados más”, afirma CCOO, que, por todo lo anterior, considera esta reforma como “un asalto a la democracia por parte de los mercados y los poderes financieros, consentida por un gobierno que no dudado en colocar el mercado de trabajo al servicio de los empresarios”.
Entre las medidas de la reforma que más suscitan el rechazo de los sindicatos, están:
- Afecta gravemente la negociación colectiva, e incentiva la negociación individual de las condiciones de trabajo.
- Modifica las causas de despido para evitar el control judicial; reduce la indemnización por despido, de 45 días por año a 33; elimina la autorización administrativa en los despidos colectivos. Asimismo, facilita el despido de trabajadores de la administración pública. Puestos de trabajo ocupados con contratos laborales, podrán ahora ser ocupados por desempleados perceptores de la prestación por desempleo.
- Se da más poder al empresario, colocando a los trabajadores en situación de desprotección frente al empleador, pues le da a éste la posibilidad de modificar unilateralmente la jornada laboral, horario, salarios y sistema de rendimiento.
- Se crea un contrato indefinido, de dudosa constitucionalidad, toda vez que supone el despido por voluntad del empresario. El trabajador podrá ser despedido durante el primer año sin indemnización alguna.
Habla la CCOO
Para tratar de entender más el sentido y los alcances de esta reforma laboral, la Agencia de Información de la ENS contactó a Javier Doz Orrit, Secretario Internacional de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras:
¿Hasta qué punto esta reforme laboral, de un gobierno de derecha, supone la ruptura de los acuerdos logrados con el gobierno anterior del PSOE, o es simplemente la continuidad de una política que ya venía cocinándose, empujada por la crisis europea?
En mayo de 2010 el anterior gobierno del PSOE se rindió a las presiones del Banco Central Europeo y sacó una Reforma Laboral. De hecho, la aplicación unilateral de esa primera gran reforma mereció la respuesta de una huelga del sector público en junio de 2010, y luego una huelga general en septiembre de ese año. Sin embargo, tengo que decir que las medidas del actual presidente del PP han ido más allá, atacando de lleno el derecho de negociación colectiva. Las restricciones a la democracia y la falta de soberanía en los países europeos es una de las principales características de este periodo. En los países de la Unión Europea, la política la está dictando el Banco Central Europeo y el grupo de funcionarios de la Comisión Europea, que presionan a los países en crisis para que adopten fuertes recortes, rompiendo los procesos de diálogo social que antes veníamos desarrollando.
¿Por qué las organizaciones sindicales afirman que es una reforma injusta para los trabajadores e inútil para generar empleo?
Es injusta, porque pretende que los trabajadores paguen los platos rotos de una crisis que proviene de las maniobras de la especulación financiera, que ha aumentado el coste de la deuda soberana española y esto ha producido un cortocircuito del sistema crediticio. Esa estrangulación del crédito ha llevado a un callejón sin salida a las familias que estaban sobre-endeudadas después de la burbuja inmobiliaria, y al hundimiento de muchas pequeñas empresas. El resultado de esta cadena ha sido más de 5 millones de personas desempleadas, entre antiguos trabajadores por cuenta ajena y cuentapropistas. Sin embargo, a quienes culpan por el problema a la falta de competitividad del mercado laboral español, hay que decirles que con la legislación laboral que teníamos, España fue, durante una década, el país que más empleo creó en toda la Unión Europea.
Y es inútil, porque una reforma laboral no puede crear empleo. Éste viene sólo si se produce una inversión pública y privada en el sistema productivo, si vuelve a aflorar el crédito a las empresas y familias, y si, al percibir que existe una mayor seguridad en el empleo, la gente empuja la demanda de bienes y servicios. Medidas como las que pretende aplicar Rajoy van a destruir más empleo, a favorecer la temporalidad y a consagrar el despido libre. Además, si no aflora el crédito va a aumentar la depresión. Todo esto hará que España entre en recesión y, como consecuencia, es probable lo que todo el mundo vaticina: que llegue a los 6 millones de desempleados. Para poner en marcha todo este engranaje, el gobierno necesita anular el poder sindical y dejar a los trabajadores bajo el garrote directo de los empresarios. Ese es el fondo de esta Reforma.
¿Qué reto sigue ahora para las CCOO y la UGT? ¿Se plantea una radicalización del movimiento sindical?
Primero señalo que todas los análisis y medidas que los sindicatos estamos lanzando han sido acordados unitariamente por UGT y CCOO. Se ha decidido responder contundentemente, y para ello se ha puesto en marcha un proceso de acumulación de fuerzas, una campaña sostenida. Ya se han realizado las asambleas con los delegados y delegadas de empresas en todo el país, provincia a provincia. Los delegados tienen que ir a informar en todas las empresas y áreas territoriales, en las asociaciones vecinales y entre los sectores juveniles. Este domingo 19 de febrero habrá grandes manifestaciones en todas las capitales del país, a la que se espera que se sumen otras organizaciones y, desde luego, los partidos políticos que rechazan la Reforma. El lunes habrá una manifestación en Defensa de los Servicios Públicos, el 29 de febrero habrá manifestaciones en todas las capitales de Europa convocadas por la Confederación Europea de Sindicatos. Es decir, una campaña desde la base, sostenida y ascendente, que no descartamos que concluya en una Huelga General si no retiran la Reforma.
¿Por qué no se ha convocado la Huelga General directamente?
Porque necesitamos ese periodo de acumulación de fuerzas para dar una respuesta más contundente. Es imprescindible una rotunda reacción para desbaratar el fuerte envite de los especuladores financieros y de los gobernantes de derecha europeos. También hay que reorientar el ambiente que crea la existencia de más de 5 millones de desempleados. Y no hay que olvidar que hay que contrarrestar dos hechos objetivos: el gobierno anterior del PSOE ya hizo una política de recortes de derechos para satisfacer a los mercados, desmovilizando con sus argumentos a cierto sector del pueblo con el que tenemos que fortalecer alianzas; y el gobierno actual, del Partido Popular, acaba de ganar las elecciones hace dos meses, por mayoría absoluta. Y una Huelga General que no sea un gran éxito, sería un grave error porque, como ha dicho nuestro Secretario General, Ignacio F. Toxo: “Esta va a ser una carrera de fondo”.
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