sábado, 29 de octubre de 2011

El Gobierno calla mientras más periodistas mueren en Honduras

Desde siempre, pero con una inusitada agresividad desde 2010, la libertad de expresión y los periodistas de Honduras se encuentran bajo ataque permanente por parte de grupos, organizaciones e individuos hasta ahora no identificados. El periodista Medardo Flores, cercano al ex-presidente Manuel Zelaya, es la última víctima de esta ola de violencia, dirigida contra los periodistas en Honduras. Con el debido respeto al gobierno de Porfirio Lobo, desde este espacio no es descabellado presumir que alguien con motivaciones muy particulares procura acallar a los periodistas. Presidente Lobo, [UTF-8?]“¿quién es el responsable de asesinar a los [UTF-8?]periodistas?†es la insistente pregunta que formulan varios frentes nacionales e internacionales. Las respuestas son el silencio y la impunidad. Sin embargo, este estado de arbitrariedad desemboca en una autocensura generalizada y en la ausencia de un periodismo de investigación en el momento en que los hondureños más necesitan la protección de su democracia y de sus derechos humanos, una protección que aún se mantiene en ciernes. Esas fuerzas oscuras detrás de esta extendida ola de incertidumbre demuestran un amplio espectro que abarca la violencia común, la violencia política, y los carteles de drogas, que han conseguido que los periodistas, por temor a perder la vida, dejen de informar sobre los actos de corrupción y los crímenes relacionados con el [UTF-8?]narcotráfico.â€


La sociedad hondureña está sumida en una pesadilla donde los abusos a los derechos humanos, la muerte de periodistas y la permanente violación a la libertad de expresión se ocultan con el manto obscuro de la impunidad. Los medios de comunicación son objeto de acoso incesante por su intento de mantener al país informado de lo que sucede tanto en el ámbito político como en el social. Desde el golpe de estado en 2009, 15 periodistas han sido asesinados; además, detrás de esta fachada democrática, cualquier líder que disiente políticamente resulta también víctima de persecución, al extremo de que Honduras ha caído en un estado de miedo e inseguridad constante.

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At Washington D.C. Film Premiere of [UTF-8?]“Leaving La [UTF-8?]Floresta,†Filmmakers Take on U.S.-Colombia Drug, Trade Policies

On the evening of October 13, 2011, the Washington-based Institute for Policy Studies (IPS) premiered a newly made independent film, [UTF-8?]“Leaving La [UTF-8?]Floresta.†The film follows a group of young men who document their journey in Colombia -the home of the largest population of internally displaced people in the world- in order to learn more about the causes of this displacement. Part travel documentary, part advocacy journalism, the movie focuses on the role that the United [UTF-8?]States’ Plan Colombia coca fumigation policies play in the process of this vast migration to urban centers of the country.

The filmmakers seem aware of their limitations as outsiders, acknowledging their intrinsic privileges as well as their naïveté from the start. They show genuine reverence for the Joya family, who they showcase as an example of the deplorable human consequences of U.S.-Colombian drug policy. Olga and Abelardo Joya, parents of five, were forced to abandon their cacao farm in the Colombian countryside and relocate to an urban slum after their property was contaminated by herbicides intended to be sprayed on coca fields in the area. Their story is both touching and compelling.

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This analysis was prepared by COHA Research Associate Sierra Ramírez.

Este análisis fue preparado por la analista de COHA Olga Imbaquingo.

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