lunes, 6 de octubre de 2008

UNA DISCUSIÓN ENTRE CRETINOS

Ese cuento sobre la objetividad de la prensa es pura ficción. La gran prensa es uno de los instrumentos más poderosos en manos de la clase dominante para imponer su ideología reaccionara al conjunto de la sociedad.
La prensa burguesa cómplice, como no puede ser de otra manera, de la conspiración derechista, justifica la brutalidad fascista de sus amos con el argumento de que Evo Morales fue el campeón de los bloqueos y que por eso ahora no tiene moral para condenar a los cívicos por hacer lo mismo y mucho más.
El gobierno, por su parte, no sabe qué decir y lo más inteligente que ha podido balbucear Evo es que las movilizaciones que ellos realizaban eran multitudinarias y que en cambio las actuales de la oposición derechista son acciones de grupos de vándalos pagados por las prefecturas.
La discusión es absurda porque no repara en la diferencia cualitativa que hay entre la acción directa y la violencia practicada por los sectores explotados y la practicada actualmente por la derecha atrincherada en las Prefecturas y los Comités Cívicos de la “Media Luna”.
En la lucha de las masas está latente la posibilidad de la transformación de la sociedad, son expresiones de rebelión contra la injusticia y la opresión propias de un régimen social asentado en la explotación de las mayorías por las minorías dueñas del poder económico. Son, en definitiva, expresión de la necesidad de una transformación revolucionaria de la sociedad hacia una forma de organización social superior, más humana, libre de toda forma de explotación del hombre por el hombre. Esto, a condición que encuentren el derrotero de la estrategia política de la clase obrera.
Las acciones de los cívicos, en cambio, son expresión de las fuerzas conservadoras de la sociedad, las que se oponen al cambio porque defienden los privilegios de los explotadores, por eso son movimientos reaccionarios, conservadores.
Masistas y cívicos fascistas se mueven ambos en el marco del respeto al orden social burgués, es decir, al modo de producción capitalista atrasado que caracteriza al país. Son expresiones políticas diferentes, en alguna medida contradictorias, pero ambas burguesas. Por eso están enfrascados en la tonta discusión de quién comenzó, de quién violó primero la ley, de quien la viola ahora, etc., etc.
La violencia reaccionaria debe ser aplastada por la violencia revolucionaria.
Nada de dejarse confundir con los hipócritas, agentes de los explotadores que condenan la violencia de las masas y que la utilizan como argumento para justificar la de la reacción como los curas, los periodistas vendidos, los “humanistas” pequeño-burgueses, etc. junto a los masistas e indigenistas que lloran 500 años de opresión pero que son incapaces de levantarse en armas contra sus verdugos y mendigan al diálogo y la conciliación en el marco del respeto a la ley y el orden social establecido.

Víctor Flores
SEEC. EJECUTIVO COSTRATEB

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